
En nuestro país aún continúa el debate sobre el uso del timerosal, preservante que contienen algunas vacunas, precisamente para ofrecer mayor información al respecto este 26 y 27 de setiembre la Universidad Norbert Wiener organizará un taller donde especialistas expondrá su punto de vista sobre este polémico tema.
Si bien en el Perú no existen estadísticas oficiales sobre el incremento del número de niños autistas como consecuencia del uso del timerosal (etil mercurio, preservante que se usa en las vacunas), existen ciertas evidencias que señalan que sí se está produciendo este problema.
Así lo señaló la doctora Flora Luna, miembros de la directiva de la Asociación Médica Peruana, quien manifestó que como médico pediatra en la semana atiende entre dos y tres niños con desórdenes de autismo. “Estoy muy preocupada por el incremento de los problemas de neuroesarrollo en los niños, existe un incremento desmesurado de niños que tienen problemas de lenguaje, desordenes de especto autista y no tenemos una causa definida”
“En los últimos años se ha hecho una nueva definición, se habla del autismo clásico, el niño nace autista, pero ahora existe el autismo tardío y de regresión, el niño nace normal y después de que le han vacunado o ha recibido otros tóxicos, pierde todas sus capacidades que tenía, como la de caminar, de relacionarse y dependiendo de la base genética puede hacer autismo en toda regla, pueden hacer retardo de lenguaje, problemas en el aprendizaje o movimientos hiperactivos”, precisa la doctora.
Flora Luna señala que por ejemplo en el Instituto Nacional de Rehabilitación del Perú los especialistas han observado un incremento de estos problemas, razón por la cual ella considera que se deben hacer estudios especiales para detectar en sangre o en orina o nivel de los cabellos el acumulo de estos metales pesados.
“Si se demuestra que estos metales pesados están muy incrementados, entonces hay la opción de usar unos quelantes, que son sustancias que fijan metales pesados y hacen que lo elimine gradualmente. Gracias a Dios que existe este tratamiento, pero no está al alcance de todos los pacientes por el elevado costo, y además no sabemos si se recuperarán al 100% “, indica la especialista.
Ante esta realidad, la doctora Flora Luna considera que es muy importante que la población esté informada sobre las consecuencias que puede generar el uso de las vacunas que contienen timerosal.
“Es importante que las personas estén informadas y sepan que hay vacunas totalmente seguras y que hay otras que no”, indicó Flora Luna, una de las expositoras del I Taller “Terapias de los trastornos del neurodesarrollo en el tratamiento del autismo, retardo en el Lenguaje, problemas de aprendizaje”, reunión que forma parte del V Congreso Nacional. III Congreso Internacional de Medicina Natural y Terapias Alternativas.
Estudios de investigación
La pediatra Flora Luna recuerda que en el 2006, junto con su colega el doctor Alberto Maya, publicaron un artículo Científico titulado “El timerosal y las enfermedades del neurodesarrollo infantil”. Este trabajo consistió en una revisión de casi 200 bibliografías científicas del mundo de mucho prestigio, donde se encuentra la relación causal entre el timerosal (etilmercurio), como preservante de las vacunas pediátricas y el incremento de casos de enfermedades del neurodesarrollo infantil.
La especialista dice también que en el 2007 han revisado el trabajo de investigación realizado con hamsters por estudiantes de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ellos les pusieron a estos animales la dosis de timerosal similar a lo que recibirían los bebés en sus vacunas.
“El estudio microscópico ha demostrado que hay destrucción neuronal, problemas de conección entre neuronas y el peso y la talla de los ratocnitos que recibieron la sustancia fueron más reducidos. Se comprobó el impacto que tiene este compuesto mercurial en esos animalitos”, subrayó.
Si bien en el Perú no existen estadísticas oficiales sobre el incremento del número de niños autistas como consecuencia del uso del timerosal (etil mercurio, preservante que se usa en las vacunas), existen ciertas evidencias que señalan que sí se está produciendo este problema.
Así lo señaló la doctora Flora Luna, miembros de la directiva de la Asociación Médica Peruana, quien manifestó que como médico pediatra en la semana atiende entre dos y tres niños con desórdenes de autismo. “Estoy muy preocupada por el incremento de los problemas de neuroesarrollo en los niños, existe un incremento desmesurado de niños que tienen problemas de lenguaje, desordenes de especto autista y no tenemos una causa definida”
“En los últimos años se ha hecho una nueva definición, se habla del autismo clásico, el niño nace autista, pero ahora existe el autismo tardío y de regresión, el niño nace normal y después de que le han vacunado o ha recibido otros tóxicos, pierde todas sus capacidades que tenía, como la de caminar, de relacionarse y dependiendo de la base genética puede hacer autismo en toda regla, pueden hacer retardo de lenguaje, problemas en el aprendizaje o movimientos hiperactivos”, precisa la doctora.
Flora Luna señala que por ejemplo en el Instituto Nacional de Rehabilitación del Perú los especialistas han observado un incremento de estos problemas, razón por la cual ella considera que se deben hacer estudios especiales para detectar en sangre o en orina o nivel de los cabellos el acumulo de estos metales pesados.
“Si se demuestra que estos metales pesados están muy incrementados, entonces hay la opción de usar unos quelantes, que son sustancias que fijan metales pesados y hacen que lo elimine gradualmente. Gracias a Dios que existe este tratamiento, pero no está al alcance de todos los pacientes por el elevado costo, y además no sabemos si se recuperarán al 100% “, indica la especialista.
Ante esta realidad, la doctora Flora Luna considera que es muy importante que la población esté informada sobre las consecuencias que puede generar el uso de las vacunas que contienen timerosal.
“Es importante que las personas estén informadas y sepan que hay vacunas totalmente seguras y que hay otras que no”, indicó Flora Luna, una de las expositoras del I Taller “Terapias de los trastornos del neurodesarrollo en el tratamiento del autismo, retardo en el Lenguaje, problemas de aprendizaje”, reunión que forma parte del V Congreso Nacional. III Congreso Internacional de Medicina Natural y Terapias Alternativas.
Estudios de investigación
La pediatra Flora Luna recuerda que en el 2006, junto con su colega el doctor Alberto Maya, publicaron un artículo Científico titulado “El timerosal y las enfermedades del neurodesarrollo infantil”. Este trabajo consistió en una revisión de casi 200 bibliografías científicas del mundo de mucho prestigio, donde se encuentra la relación causal entre el timerosal (etilmercurio), como preservante de las vacunas pediátricas y el incremento de casos de enfermedades del neurodesarrollo infantil.
La especialista dice también que en el 2007 han revisado el trabajo de investigación realizado con hamsters por estudiantes de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ellos les pusieron a estos animales la dosis de timerosal similar a lo que recibirían los bebés en sus vacunas.
“El estudio microscópico ha demostrado que hay destrucción neuronal, problemas de conección entre neuronas y el peso y la talla de los ratocnitos que recibieron la sustancia fueron más reducidos. Se comprobó el impacto que tiene este compuesto mercurial en esos animalitos”, subrayó.
1 comentario:
Un saludo muy fraterno a todo(a)s ustedes. Interesante trabajo y consistente investigación. En Chile este tema es objeto de debate,se han realizado reportajes (v.g.: Munizaga, Rocío: La vacuna anti-influenza. Una arriesgada ruleta rusa. Publicado en El Guardián de la Salud) y hay testimonios significativos de niños afectados con autismo. Las autoridades (Ministerio de Salud e Instituto de Salud Pública) sitúan la presencia de timerosal en las vacunas en rangos de 2 a 2,5 microgramos. Lo que ha llevado a retirar este compuesto de las vacunas.
Reiterando mis saludos y especialmente felicitar a la dra. Flora Luna
Raúl Encina Tapia.
Santiago de Chile.
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